Fidel llegó al albergue en 2016. Desde entonces sigue con nosotros. Tuvo un intento de adopción pero, lamentablemente, no fue bien la adaptación.
Es un perro cariñoso con personas, pero con mucha energía que necesita ser canalizada, y con características propias, por ejemplo, no le gustan los gatos o los perros pequeños. Actualmente comparte jaula con su gran compañera Petra, sin problemas.
Necesita una familia que sepa gestionar sus necesidades, que sea consciente de que tendrán un compañero muy cariñoso, pero que necesita hacer mucho ejercicio, y tener un dueño fuerte y seguro que se convierta en un buen líder para él. Lo está deseando.
Todos tienen su media naranja humana en algún lado, y estamos seguros de que Fidel también. Sólo tiene que aparecer.
