NEMO, el gran luchador.
Sobre Nemo no sabemos mucho, fue traído al albergue por una señora que se lo encontró en un estado lamentable, casi desfallecido. Directamente se llevo a un veterinario colaborador donde quedo ingresado con un diagnostico fue demoledor: se estaba muriendo, literalmente, de hambre (la analítica mostraba un estado de desnutrición severo).
Desde el minuto uno Nemo dejo claro que iba a luchar, que no se dejaría ir y se aferró a la oportunidad que se le había dado para sobrevivir. Estuvo ingresado unos días y cuando se estabilizó en el vete es cuando empezó su recuperación en el albergue. Cada grano de pienso, cada plato de paté era celebrado por él como un gran banquete; gracias a ello y a la
medicación tuvo una recuperación asombrosa, empezó a ganar peso y con ello a mejorar sus valores hasta que su analítica fue totalmente normal.
Nemo es pese a todo un gato sano, con la única salvedad de una visión muy limitada, pero capaz de hacer una vida totalmente normal.
Los primeros días en el recinto se mostró como un gato muy tímido, escondido y asustado pero le ha durado muyyyy poco, y en menos de una semana ya se ha hecho a su nuevo entorno: sale el primero a pedir su rico plato de paté y siempre está dispuesto a comer un poco más.
Aquí, en el albergue, esperará la oportunidad de tener un hogar verdadero lleno de amor y latitas.
Si sientes que Nemo con su mirada particular, su pelo semilargo, su glotonería, merece un sitio en tu casa, en tu corazón, que sepas que él te está esperando, que sabrá devolverte con
creces todo el amor que tu le des.
