Laika y Alí son cedidos porque parece ser que su familia no tiene tiempo para atenderlos.
Sin embargo, ellos eso no lo entienden. Solo ven que han pasado gran parte de su vida en una casa, con comida, con cuidados y con una cama en la que dormir y ahora, ya mayores, están en un chenil compartiendo albergue con más animales.
Laika es una perra mayor pero muy buena, tranquila y sociable. Se convierte así en una de nuestras viejitas que espera un hogar del que ya no salir.
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