Fue rescatado junto a sus dos hermanitos, Zuri y Lili. Les encanta jugar a todas horas -cuando no están durmiendo, claro. Juegan con todo: con el plumero, con sus ratoncitos... cualquier objeto tiene el potencial de convertirse en un juguete para ellos; desde una pelotita de papel, que se pasan uno a otro como si estuvieran jugando al fútbol, hasta un lápiz que hacen rodar por el suelo… ¡qué diver! Incluso cazar moscas es un entretenimiento cinco estrellas.
Sam es el más valiente y aventurero de los tres hermanos. También es el más motivado con la comida, y cuando ya toca la cena, te lo hace saber siguiéndote a la cocina y dando pequeños maulliditos mientras mira para arriba con esos ojos irresistibles
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