Bella y Eli parecen madre e hija. Ambas aparecieron un día en una finca de Castalla y nadie las reclamó. No sabemos que vida han llevado, pero desde luego no debe haber sido fácil. Están muy unidas, no les gusta salir por separado y se bucan mucho. Aunque llegaron algo tímidas al albergue, ahora se muestran agradecidas con los gestos de cariño de los voluntarios y se acercan a saludarte cuando llegas. Les encanta dormir blandito, con todo lleno de mantas. Para Bella y Eli queremos una vida nueva, totalmente diferente de la que han tenido. Soñamos con una adopción conjunta, en una casa con exterior, donde puedan disfrutar del solecito y los paseos durante el día y del calor de la casa y de una buena cama durante la noche y en los días fríos. Ellas están empezando a conocer otra faceta del ser humano, el cariño, y les gusta. ¿Quieres ofrecerles una nueva vida? Sube a conocerlas.
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