Ares empezó su vida en la calle. Su madre dio a luz en un barrio marginal bajo la mirada de muchos pero sin la ayuda de nadie.
Pero nuestros compañeros no pudieron pasar de largo, buscaron desesperados una familia donde meter a los cachorros y las encontraron, al menos mientras duró el confinamiento, pero ahora Ares vuelve a verse en la calle.
No podemos permitirlo, así es que os pedimos que entre todos encontremos lo que él necesita, una familia que le quiera.
Es un grandullon noble y tranquilo, sociable con otros perros en el parque y cariñoso como solo un cachorrón de mastín sabe ser.
APTO CON GATOS Y OTROS PERROS
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