La propietaria de Luna y Linda está muy enferma y, al no poder hacerse cargo de ellas, han llegado a nuestro albergue en busca de una casita donde poder disfrutar de la vejez como uno se merece: sin preocupaciones, jugando, comiendo, recibiendo mimos a todas horas y descansando.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .