Es muy tranquilo, le encanta echarse sus buenas siestas. Muy mimoso y dócil, es un
gato-peluche adorable al que no te cansas de abrazar.
Gato casero abandonado, vivía en un patio de vecinos donde no todos estaban a favor
de que estuviese allí. Ante diversas amenazas de llamar a la perrera o envenenarlo, una de las
vecinas que le daba de comer, nos dio el aviso.
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