Kani es cedida a sus 8 años en un estado lamentable.
E aquí otro gran ejemplo de que, a la hora de la verdad, da igual que el perro sea de raza o no. Todos tienen las mismas probabilidades de acabar en un albergue, buscando un hogar, y llegando a no ser atendidos correctamente.
Esperemos encontrar alguien que pese a no ser la caniche más guapa del mundo, ni ser una perrita joven, sepa ver la gran perra que es Kani y quiera darle todo el cariño, amor y atención que le ha faltado.
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