A Bel la encontraron junto a su hijo Ansca vagando por la carretera. Los dos llegaron en muy mal estado; afortunadamente, es increíble el cambio que han hecho, tanto físico como emocional.
Bel es una perra encantadora, muy, muy cariñosa y buena; le encantan los mimos y las chuches, y salir al patio con su nene Ansca. Los dos son perros amorosos y dulces, y merecen encontrar un hogar donde ser felices.
Están muy unidos y es por eso que no tenemos valor para darlos en adopción por separado.
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