Este pequeñajo ha vivido al menos 6 meses en la calle, en un pequeño pueblo de la Noguera. Estaba tan asustado que no se dejaba coger, y nos costó muchísimo que al final cayera en la jaula-trampa. Ahora es un perro super agradecido, le encanta salir a jugar con sus compañeros perrunos, y aunque todavía es tímido con las personas pensamos que en un hogar definitivo mejoraría muchísimo. Solo necesita algo de tiempo para que coja confianza y se olvide de sus malas experiencias. Pese a todo es un peque simpático, gracioso y alegre
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