Marcelino llegó al albergue en muy malas condiciones. Su pelo estaba lleno de barro y nudos y tenía pulgas y garrapatas. Enseguida le dimos un baño y lo dejamos bien guapo.
Es un perrito muy cariñoso y simpático con la gente, le encanta estar acompañado y pasea muy bien con correa.
En cambio, con otros machos tiene algún que otro problema, sobre todo cuando llega la hora de comer, pues Marcelino no quiere compartir nada con ellos. Confiamos que poco a poco vaya relajandose y pueda convivir con otros perros sin problema.
No es un perro al que le guste jugar, prefiere ir a su aire e investigar zonas nuevas.
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