Firulais apareció con heridas en el cuello, los ojos blanquecinos y una pata muy inflamada en la puerta de una casa. La dueña del hogar lo llevó corriendo al veterinario y lo ha estado cuidando desde entonces, pero no puede hacerse cargo de él.
Es un perro muy dócil y educado. Es muy dulce y se hace al hogar con facilidad.
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