KUKO llegó al refugio hace unos meses abandonado por la que creía que era su familia.
A sus 5 años y después de conocer lo que es el calor de un hogar, su vida cambió de un día para otro y pasó de dormir en su camita a dormir en el frío cemento de una jaula.
Kuko es sociable con otros perros. Vivía con 2 chihuahuas macho y hembra. Pero Kuko era de la hija que se mudó y no se lo llevó, y él sufrió entonces las consecuencias del abandono. El resto de la familia también lo dejó tirado como un trasto viejo.
Llegó al refugio desconcertado y sin entender nada. Pero pronto se hizo inseparable de su compañera Elma y se dan muchos besitos.
Es súper bueno con la gente y los niños. Muy obediente. Se sienta, se tumba, da las patas.
Está acostumbrado a estar en un piso, así que no habría ningún problema en ello.
Kuko es bueno y educado y espera con ansias una nueva familia que no lo vuelva a abandonar jamás.
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