Oslo y Obi fueron rescatados de la calle cuando vieron como atropellaban a su mamá, y eran tan pequeños los dos que no podrían haber sobrevivido sin nadie les hubiese prestado ayuda. Ahora ya están a salvo en una casa de acogida donde han crecido sanotes y se han convertido en unos jovenzuelos felices, pizpiretos y guapísimos. Oslo y Obi son unos tigrecitos alegres y juguetones que te cautivan con solo mirarles y que solo quieres que estés pendiente de ellos para regalarle todos los mimos del mundo. ¿Te animas a convertirte en su nueva familia para el resto de vuestras vidas? ¿Te animas a adoptarlos juntos y no se tengan que separar nunca? Así siempre estarán acompañados cuando no estéis en casa y nunca se aburrirán.
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