Mi mamá me escondió a mi hermano y a mí en el patio de una casa.
Pero un señor nos echaban fuera con una escoba cada vez que nos veía. Y en la calle, mi mamá intentaba protegernos del peligro de los coches.
Un día, una chica muy buena consiguió cogerme a mí y a mi mamá. Pero mi hermano se escondió, y ella no pudo cogerlo.
Le oí decir que a mi mamá había que operarla para que ya no pudiera traer al mundo más gatitos callejeros, y que la iban a soltar lo antes posible para que buscara a mi hermano.
Luego, esta chica que quiere mucho a los gatitos me buscó una casa donde pudiera estar a gusto hasta encontrar una familia que me adopte para siempre.
Dice que no puedo volver a la calle porque allí no iba a vivir mucho tiempo. Casi todos los gatos mueren por culpa de los coches.
Al principio, yo estaba asustado, pero enseguida me he dejado tocar, coger y acariciar. Soy un gato muy bonito, muy bueno, y por supuesto muy juguetón.
He descubierto que me encanta dormir pegado a los humanos, y no paro de ronronear cuando me cogen en brazos.
Dicen que soy uno de los gatos más cariñosos que han conocido!!!
Ojalá pueda irme a vivir pronto en mi hogar definitivo donde me quieran mucho y yo pueda vivir feliz el resto de mi vida.
Y ojalá encuentren pronto a mi hermanito, para que tenga la misma suerte que yo.