A Abbot lo cogieron con jaula trampa en un pequeño pueblo de la Noguera; estaba tan asustado (seguramente por las malas experiencias con la gente) que no se dejaba coger.
En el refugio se ha convertido en un perro super cariñoso, juguetón y hasta algo travieso. Ahora es gracioso y divertido, y ya está preparado para encontrar una familia que le de seguridad, confianza y felicidad
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