NIKA, con dos años, ya sabe lo que es sentirse invisible. Nadie se fija en ella por su apariencia de mestiza, y por ello no le dan la oportunidad de demostrar el gran perro que es. Es noble, simpática y cariñosa. Siempre se muestra muy tranquila, incluso en el paseo: pasea sin tirar de la correa y siempre pendiente a las personas. Convive con machos y con hembras y es muy sociable con ambos, nunca presenta conflictos con ellos.
Necesita que alguien sepa apreciar lo bella que es por dentro y por fuera.
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