Vaquero llega al albergue muy tímido, pero nuestro chico lo está haciendo genial. Pasea de cine con la correa y eso le ayuda a socializar y trabajar sus miedos. Ya se deja acariciar por algunas voluntarias y ponerle el collar y el arnés no resulta ningún problema. Para Vaquero queremos a alguien dulce y tranquilo, que sea su mayor apoyo, y con el que pueda sacar ese gran perro que lleva dentro, porque no se puede ser más bueno.
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