LUCAS es un abuelito que a sus 10 años ha conocido el abandono. Su familia (por llamarles de alguna manera) lo entregó en la policía para que fuera cedido a la protectora. Por suerte, sólo sufrió la frialdad y soledad de una jaula el tiempo que estuvo en las dependencias de la policía, ya que fue llegar a la protectora y llevarlo a una casa de acogida.
Su casa de acogida nos cuenta que es muy bueno, obediente y sociable con otros perros. No ladra y le encanta salir a la calle a pasear y disfrutar de los mimos en el sofá.
Cómo abuelito sin esterilizar que es, va marcando pipi. Hay que ser consciente de que cuando llegan a cierta edad suelen pasar estas cosas.
Lucas, busca su hogar definitivo. Las casas de acogida no son para siempre y necesitan seguir ayudando a otros animales.
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