Este precioso es Rufino, y la carita ladeada no es cosa de la foto, ¡siempre la lleva así! Se debe a que tiene síndrome vestibular que afecta al equilibrio. A él no le supone ningún problema, corre y salta como cualquier otro, únicamente le hace mirar el mundo desde su ladeada perspectiva.
Es un gato cariñoso e independiente, muy tranquilo y curioso.
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