Meri, apareció a finales de mayo debajo de mi balcón llorando y pidiendo ayuda deseperadamente. Estaba deshidratada y desnutrida, le puse pienso y se llenaba la boca tragándoselo sin masticar, igual con el agua, le entraba hasta por la nariz y tosía la pobre de la sed que tenía. Llevaba un collar y un trozo de correa colgando, creemos que la ataron para abandonarla e impedir que volviera a casa y ella consiguió escapar porque la correa estaba rota a mordiscos. Lleva 3 meses y medio con nosotros y ahora es una gatita feliz y cariñosa. Es dulce y cariñosa y aunque no le gusta que la cojan, le encanta estar siempre al lado y nos habla cuando la decimos algo. Pensamos que pasó miedo mientras estuvo atada y la atacaron otros gatos, por eso no se lleva bien con gatos, ni perros, es agresiva si tiene otro animal cerca (excepto sus hijos). Hemos tenido visitas de amig@ con niños y ha sido amable con ellos, hasta les dejaba coger a sus cachorros pero para evitar problemas, mejor que la adopte una casa sin animales ni niños.