One ha sido un animal muy castigado por culpa, una vez más, de la mano humana. Aprendió a sobrevivir en soledad, huyendo, escapando, resguardándose. Esa era su garantía de salvación para refugiarse de las malas manos humanas y de la dureza de la calle.
Hoy en día es un animal en su última fase de recuperación de sus cirugías debido a los atropellos y enfermedades propias del abandono (en las fotos podréis ver algunas de sus cicatrices).
Su carácter es el de un perro cariñoso y muuuuuuy tranquilo, apto para cualquier familia a la que dedicarle todo el amor.
Ha probado a confiar en las personas y LE ENCANTA.
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