No sabemos porqué llegó Rolex a la calle pero lo que sí sabemos, es que de pequeño tuvo un hogar humano y que ahora, lo echa de menos.
Es muy jovencito y movido. Le gusta mucho correr por el recinto en busca de aventuras; salta, juega, se revuelca y hace el payaso. Es sumamente sociable con personas y no tiene miedo a nada. Busca tu regazo en cuanto te sientas y es muy curioso. Con sus compis, se hace el "machito" pero nunca echa la zarpa ni pelea. Es todo puro postureo que pasa rápidamente.
Crecer en el albergue no es bueno para él así que vamos a poner todo nuestro empeño en buscarle un hogar responsable para siempre, que no se vuelvan a cansar de él... ven a conocerlo!!!
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