Blacky nació en una fría y sucia jaula, dónde su madre luchaba para mantener vivos a sus cachorros. Allí se crió sin saber lo que es el calor de una familia, y sin recibir una caricia...
Por suerte eso ya ha cambiado, y nosotros nos encargamos que no le falte cariño a diario, pero sólo durante un ratito, luego debe volver a la jaula... Así es, lo sacamos de una cárcel, para meterlo en otra...
Si puedes darle el hogar que se merece, el te lo agradecerá SIEMPRE.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .