Feli, fue rescatada de una ventana en el interior de una escuela de adultos, y en cuanto nos pasaron el aviso, fuimos a sacarla de allí.
Estaba muy asustada y no paraba de bufar y atacar del miedo que tenía, pero con paciencia y mucho cariño y juego, se fue relajando.
Ya han pasado 4 años desde que la rescatamos y nadie nunca se ha fijado en ella con lo bonita que es. Es una gatita tímida, que necesita su tiempo y alguien que se lo sepa dar. Le gustan las chuches y en cuanto la acaricias te hace el caballito, y es que no puedes evitar tocarla, porque es tremendamente suave.
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