A Teles la encontró una de nuestras voluntarias junto a sus tres hermanos. Estaban solos entre unos arbustos cerca de una gasolinera en medio de ninguna parte. Sólo tenían unos días, ni siquiera habían abierto los ojos, pero estaban maullando desesperados y muertos de hambre.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .