GRU ha estado toda la vida en familia. Fue fruto de una camada no deseada. Su mamá dálmata tuvo muchos cachorros y los fueron dando. Y así fue como Gru llegó hasta la que creyó su familia. Lo criaron desde el destete y ahora 2 años después se ve en una jaula donde lo pasa realmente mal. Las primeras semanas en el refugio estaba muy muy triste, lloraba constantemente y le costó muchos días salir de su jaula.
Ahora después de un tiempo ya ha comenzado a aceptar que ya nunca volverán.
A pesar de que cuando está encerrado en su jaula no lo pasa nada bien. Ya sale al patio y juega contento con su compañero de jaula. Corren y juegan en sus escasos momentos de libertad, pero cuando regresa a la jaula, se hunde en la más triste soledad.
Ahora Gru se merece una nueva familia, un hogar donde reciba el amor, la educación, la atención y el tiempo que necesita.
¿Quieres ser tú esa familia? Contacta con nosotros y ayúdale.
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