Recogí a la gatita de la calle porque estaba sola y maullando a todo el mundo que pasaba. Estaba hambrienta y no la pude dejar. Es un encanto, desde el primer momento era de lo más cariñosa con los niños. Se lleva genial con otros gatos y perros. Es muy tranquila y limpia, ya sabe hacer sus cosas en el arenero. Pyari se merece encontrar ya su hogar definitivo.
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