ACOGIDA EN ALEMANIA
Esterilizado: Si
Comportamiento con gatos: no apto
Comportamiento con niños: bueno
Comportamiento con otros perros: Bueno
Historia: Kayla estaba abandonada en una carretera del área metropolitana de Granada. La voluntaria que la rescató había salido a caminar cuando se la encontró echada frente al portón de una casa. La perra al verla se le acercó enseguida, con gesto amigable, le lamío la mano y parecía que le estaba pidiendo algo. Justo pasaba una gente en carruaje y la voluntaria les preguntó si era de ellos. Lo negaron y señalaron un camino de tierra desde el que dijeron que la vieron salir. Aún con un poco de desconfianza la perra siguió a la voluntaria y con ayuda de su familia consiguieron rescatarla. Al respecto comentan que "Kayla
tenía las almohadillas de las 4 patas con cortes. Desconocemos por qué. Además una marca de una cuerda alrededor del cuello, con cuyo roce al parecer se fue lastimando. Olía fatal, como si hubiese estado en un recinto sin higiene ninguna. Así que la bañamos, y se portó genial, le encantó el baño. Luego comió un montón de pienso, pero eso sí, no está acostumbrada a comer en plato, sólo come en el suelo. Esto dice mucho de cómo vivió antes."
Carácter: Kayla es notablemente inteligente. Dialoga con la mirada y está siempre pendiente de nuestras reacciones. No quiere hacer nada que nos desagrade, es muy agradecida. Con la cachorra que tenemos se comporta como una madre. Cada vez que la pequeña se pasa de la raya le marca los límites pero con sumo cuidado y equilibrio. Tiene pinta de haber parido muchas veces, y de no haber vivido en las mejores condiciones.
Con los gatos, parece que no ha tenido mucho contacto y aún no tiene claro como debe tratarlos. Sólo hemos visto que los persigue si corren en exterior, así que por el momento hay que estar pendientes. En el momento que la vimos la corregimos y parece haber entendido que no debe hacerlo, pero hace falta más tiempo. Si ve un gato quieto, estando con nosotros, lo ignora.
Acogida por Paola y Giorgio en Granada.
Sin padrinos, ¡apadrínala!
