Sandro apareció en la colonia del barrio, abandonado a su suerte. La última vez que lo vi por la calle, completamente asustado, sobresaltado con cualquier mínimo ruido, no pude resistirme y lo cogí. Lo llamé y se acercó buscando abrigo. Lo pude coger sin problemas y se notó agradecido mientras lo llevaba a casa en brazos. Es sociable con las personas, y mantiene la distancia y gruñe a los otros gatos, quizás por la situación de estrés al ser abandonado. Tiene la cola larga.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .