Violeta vino al albergue cuando a penas tenía un mes. Su mami la debió parir en la calle y al poquito se tuvo que perder porque estaba sola.
Es una preciosidad. Le gusta mucho jugar con sus amigos de recinto y es muy activa. Con las personas en un poco temerosa si no te conoce, pero en poco tiempo se adapta y ya se deja hacer de todo. Le gusta que la acaricien. Es una lástima que esté pasando su infancia en el albergue. Ven a conocerla!
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