A Catón llevaban tiempo viéndole abandonado en un pueblo de Sevilla. Estaba en muy malas condiciones, y casi no se podía mover. Se veía que era viejito y estaba débil. Como venían lluvias fuertes, a pesar de estar desbordados, decidimos recogerle, ya que por su poca movilidad, no hubiera podido ni resguardarse de las tormentas. Llegó lleno de bichos y con mucha anemia, pero el cambio solo en un día de dormir caliente, comer bien y quitarle los bichos fue espectacular. ¡Hasta rejuveneció!
De carácter es muy noble, y se lleva bien tanto con personas como con otros perros.
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