A Atlas lo encontramos sentado en una rotonda, mirando los coches bajo la lluvia; seguramente esperando a que sus dueños volvieran a por él.
No opuso ninguna resistencia al subirlo al coche cuando lo encontramos, y se mostró muy agradecido.
Le gusta mucho jugar con sus nuevos amigos del refugio, pero lo que más le gusta es dormir en un sofá calentito junto a alguien que lo acaricie.
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