Rescatado de un pueblo de Sevilla donde corría peligro.
Al principio Bartolo era asustadizo, no se dejaba tocar o coger, sin embargo con el paso de los años ha mejorado muchísimo, se deja tocar, se acerca a pedir caricias… algo impensable hace unos años, pero no le gusta que lo cojan en brazos.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .