Biscuit es un amor de perro, un cachorro eterno, le encanta tanto jugar, que no hay nada mejor.
Biscuit necesita una oportunidad, lo recogimos con un año deambulando por la carretera y la mayoría de su vida ha vivido en el albergue, ya que parece ser invisible y hasta ahora nadie se ha fijado en él.
Es un perro maravilloso, sociable, juguetón, lo único que le falta es una familia.
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