Cori ha sufrido mucho en su corta vida.
Fué abandonado de bebé a su suerte, seguramente con la intención de que muriese de hambre y sed pero por suerte, encontró su ángel de la guarda, un hombre que lo cuidó, le dió cariño y lo quiso.
Por desgracia su ángel debe marcharse a su país por motivos económicos y el pobre Cori se queda solito.
Ahora está con nosotros, sólo necesita un nuevo hogar, cariño y dedicación.
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