Misi apareció un día en un campo, y la mujer que vivía allí no dudó en cuidarle. Pero esa mujer ha fallecido y el campo se ha puesto a la venta. Le están llevando comida y agua y tratándole una úlcera que se le ha hecho en el ojo, pero necesita encontrar una familia que le dé un hogar porque, cuando el campo se venda, no sabemos qué va a ser de él.
Es un gato muy bueno. Cuando te ve hace la croqueta y le gusta que le toquen la barriguita.
Cuando le han tenido que poner las gotas en el ojo, nunca ha tenido un mal gesto. En resumen, es adorable.
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