CONNIE tiene mucho miedo pero es un gato adorable. Ni una sola vez se ha quejado con las curas y nunca ha tenido un mal gesto, ni siquiera un bufido. Se deja querer y mimar. Sólo necesita que alguien le dedique un pelín de tiempo.
Llegó a nosotros junto a sus hermanos EREN, LEVI y ARMIN.
Todos vivían en la calle y comenzaban a enfermar, fruto de vida en la calle.
Hoy por hoy ya están recuperados.
Buscamos una familia para él que sepa dedicarle el cariño que necesita y el tiempo que requiere para que gane confianza.
Es un gatito muy bueno, se deja manipular sin problemas. Únicamente necesita un poco de dedicación para acabar siendo un compañero único. Nos rompe el corazón verlo a diario aterrorizado en una jaula y creciendo mientras las peticiones de adopción llegan para el resto de sus hermanos y nunca para él.
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