Él nació en la calle, no pudo elegir... Ahora, que en cuanto llegó a su casa de acogida y pilló la cama de humanos, se espanzurró y se quedó dormido junto a su rescatadora. Porque, ante todo, Félix es un señor.
Es un gato simpático y sociable, sin miedo a interactuar con la gente. Además de cariñoso, es juguetón y lleva la alegría allá donde va.
Está listo y deseoso de encontrar su hogar definitivo.
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