Mía es una pequeña gatita negra que por algún motivo la dejaron abandonada en una urbanización, pasando frío y cobijándose en una caja. Comiendo tan solo lo que le iban poniendo de vez en cuando. Sus ojos color miel resaltaban en esa carita tan dulce, tuvo la suerte de que la encontró una buena chica y la llevó a su casa, la cuidó y mimó. Ahora ha llegado el momento de que entre al albergue donde actualmente la cuidamos.
En realidad esto no es un cuento, es lo que les pasa a muchos gatos durante su vida. Qué bonito sería que Mía encontrara una familia donde poder ronronear cuando le hagan todos los mimos que busca. Es una gatita muy dulce que le alegrará la vida a cualquiera.
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