Estos dos bombones no pueden ser más dulces y tiernos.
Les sacamos de la perrera donde seguramente llegaron recogidos de la calle. Júpiter todavía desconfía un poco, pero acaba saliendo de su escondite y si le pinchas un poco, acabará jugando contigo como un loco. Marte en cambio es pura simpatía desde el principio, mucho más avispado!
Los dos hace un tándem perfectp y sería maravilloso que se fueran juntitos a un hogar, pero en principio no es imprescindible.
Estos dos bebotes necesitan crecer queridos y cuidados con una familia. ¿Te animas?
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