KOBU llegó al refugio en junio de 2019.
Tiene una energía acumulada brutal. Se nota cuando sale, desprende lo mal que lo pasa encerrado en una jaula. Está inquieto, jadeando... Necesita rebajar todo ese estrés y en la protectora no es lugar para conseguirlo.
Le urge salir de aquí; este estado de ánimo no es bueno para él.
Es sociable con otros perros, a la hora de convivir hace piña con el más fuerte.
Cuando pasea, no es nada reactivo con otros perros. Cuando pasea, él sólo está pensando en salir, salir, salir. Está muy nervioso y loquito por las ganas que tiene el pobre de salir y la necesidad de rebajar ese estrés, esa energía. Pero es un perro muy bueno y cariñoso.
Esperamos que pronto pueda encontrar un hogar.
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