TOY fue una renuncia de propietario que alegó que ya no tenía tiempo para dedicarle. Así fue como a sus cinco años Toy se convirtió en un invisible más. Es un perro ya adulto y de tamaño grande, por lo que lo tiene mucho más difícil que otros perros para que alguien se fije en él. Desde que vive en la protectora está muy estresado, pero no deja de ser muy sociable con sus compañeros. Cuando sale a pasear intenta descargar todo ese exceso de energía correteando y olisqueándolo todo. Con las personas es extremadamente atento y cariñoso, no duda ni un segundo en dar abrazos y mimos.
Si quieres saber más sobre Toy no dudes en contactarnos.
¡Gracias!
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .