LUCIANA llegó al refugio en agosto de 2018; es una buenaza, es pura nobleza, es tan tan buena que no entendemos que hace aún entre rejas.
Es sociable con otros perros, con personas, con gatos ni se inmuta...
Te recibe con un tímido besito. Cuando sale al exterior, su cola se esconde entre sus patas, cualquier ruído fuerte le asusta. Todo lo grande que es, se hace pequeñita. Y tiene un corazón enorme.
Pasea muy bien a la correa, no tira absolutamente nada. Es muy muy tranquila. Un bebé indefenso en el interior de un cuerpecito grande.
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