A Buster le cogimos por el instituto, con una pata rota. Estaba tan mal que se la tuvieron que amputar. A pesar de eso tiene mucha vitalidad y está lleno de cariño para dar a una persona que le aprecie tanto como él a nosotros.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .