Abandonado en la puerta de una voluntaria, Joao llegó a Argos habiendo sido de víctima de malos tratos con casi total seguridad.
Joao llegó siendo un perro extremadamente sumiso y que mostraba un comportamiento asustadizo a cualquier movimiento brusco.
Poco a poco está volviendo a confiar en los humanos y esperamos que pueda llegar a tener una relación normal.
Ya camina con correa y cada día va mejor.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Clica aquí para más información .